Convertir el cambio en transición

Nuestras sociedades afrontan importantes riesgos asociados al medio ambiente, como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y el agotamiento de los recursos naturales. También se aprecia que muchos de estos problemas ambientales están relacionados entre sí y arraigados en nuestros sistemas económicos y sociales. Por ejemplo, la contaminación atmosférica no solo afecta a la salud humana; también repercute en el cambio climático y en la resiliencia de los ecosistemas. Para hacerle frente, es preciso que analicemos nuestros sistemas de alimentación, transporte y energía, sin perder de vista la dimensión global de la contaminación atmosférica.

No cabe duda de que estos retos sistémicos requieren respuestas integrales y compromisos a largo plazo. Ya están elaborándose planes para orientar la transición de Europa hacia una sociedad con baja emisión de carbono. En su propuesta para el Séptimo Programa de Acción en materia de medio ambiente, la Unión Europea expone su visión a largo plazo para 2050 centrada en una sociedad con baja emisión de carbono. Otras iniciativas, como Europa 2020 y el paquete de medidas relativas al cambio climático y la energía, marcan una serie de objetivos para 2020, como el crecimiento económico sostenible, la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, el incremento de la eficiencia energética y las energías renovables.

Coordinar nuestro trabajo

Desde la Agencia Europea de Medio Ambiente respaldamos plenamente los objetivos a largo plazo de la UE y nuestro próximo programa plurianual (2014-2018) recoge el compromiso de colaborar al máximo para conseguirlos.

Gracias a nuestra red de observación del medio ambiente, nos encontramos en una posición única para analizar los impactos ambientales de esta transición económica y social. Nuestro trabajo consiste en recopilar y evaluar los datos facilitados por nuestras redes y países miembros. También analizamos los retos sistémicos generales, así como las tendencias europeas y mundiales.

Durante todo este nuevo periodo de planificación, seguiremos reforzando estas actividades esenciales con el fin de proporcionar conocimientos de alta calidad a nuestras partes interesadas. Asimismo, seguiremos desarrollando nuestra capacidad para detectar problemas emergentes y vincularlos a las trayectorias políticas actuales.

Es evidente que estos objetivos solo se pueden cumplir si reforzamos nuestra cooperación, diálogo y capacidad para crear conocimiento conjuntamente con nuestros países miembros, partes interesadas y socios institucionales en el suministro de información.

Al transmitir estos conocimientos a los responsables políticos y principales partes interesadas, confiamos en contribuir a orientar los cambios en curso para transformarlos en un proceso de transición hacia una sociedad con baja emisión de carbono, eficiente en la utilización de los recursos y capaz de adaptarse.

Retos en perspectiva

A escala europea, uno de los retos que tenemos por delante es formular políticas cada vez más eficaces y mejor aplicadas y otro evitar quedarnos atrapados en un sistema insostenible de transporte, energía, vivienda y alimentación. Evaluando los posibles efectos de los distintos itinerarios de transición podremos corregir el rumbo a lo largo del camino si es necesario. Para hacer frente a ambos retos es esencial disponer de conocimientos sólidos.

Lo mismo cabe decir a escala institucional. Aprovechando la experiencia adquirida a lo largo de dos décadas, tendremos que seguir construyendo y, en su caso, ajustando las estructuras internas para que respondan a las necesidades de nuestras partes interesadas. Si queremos estar siempre preparados para proporcionar los conocimientos precisos cuando se necesiten, las herramientas que utilicemos para crear y comunicar conocimientos ambientales también deberán ser cada vez más fiables, flexibles e innovadoras.

Hans BRUYNINCKX
Director ejecutivo

Editorial publicado en el número 2013/1 del Boletín de la AEMA, octubre de 2013